Todo empieza en un terreno abierto con apenas unos árboles.
Brad Pitt, rapado e irreconocible, acompaña con un lento giro y un brazo alzado, el trote de un par de caballos blancos.
En uno de ellos hay una preciosa chica con el pelo largo y radiante que lleva un vestido blanco de gasa.
Es una imagen vaporosa que comparte un ambiente silencioso y tranquilo.
Aún es pronto.
Estoy esperando que llegue la gran tormenta de nieve.
La que sepultará todo y a todos.
Pero antes vuelvo a mirar el cielo.
Porque eso sólo es el primer paso, un aviso.
Ahí está. Cada vez más cerca.
Caen los primeros copos...
"abuela, vamos a casa a dormir"
Tenía bien claro con quien quería pasar el Fin del Mundo.
lunes, 30 de enero de 2012
lunes, 23 de enero de 2012
SOY UN PEZ QUE SE MUERDE LOS PIES
CASO 1
-Buenos dias amorrrrr! Qué bien me ha venido que estés trabajando toda la noche en el ordenador, jeje. Así cada vez que me he despertado te he podido contar lo que estaba soñando. Por cierto, qué he soñado?
-Has soñado que yo me metía en la cama y tú me contabas lo que habías soñado.
-Ah, sí? Y qué había soñado?
-Pues eso, que me metía en la cama y me contabas qué habías soñado.
-Sí, ya, pero QUÉ HABÍA SO-ÑA-DO?....
CASO 2
Después de tomar unas cervecitas con un compañero del trabajo, me fui a coger el bus para ver el partido de mis chicas que jugaban en casa.
Cuando llegué a la parada aún faltaban 15 minutos para que llegase.
Bueno, haré tiempo en esa zapatería...
Volví y todavía quedaban 10 minutos.
Nada, voy a chafardear los bolsos de esa otra tienda...
Volví y seguían quedando 10 minutos.
Joder, ya sólo me queda dar un golisqueo en la ABACUS, puto autobús!
30 minutos esperando 1 bus?
o 30 minutos perdiendo 3 buses?
Eso depende de la cantidad de cervezas que te hayas tomado.
-Buenos dias amorrrrr! Qué bien me ha venido que estés trabajando toda la noche en el ordenador, jeje. Así cada vez que me he despertado te he podido contar lo que estaba soñando. Por cierto, qué he soñado?
-Has soñado que yo me metía en la cama y tú me contabas lo que habías soñado.
-Ah, sí? Y qué había soñado?
-Pues eso, que me metía en la cama y me contabas qué habías soñado.
-Sí, ya, pero QUÉ HABÍA SO-ÑA-DO?....
CASO 2
Después de tomar unas cervecitas con un compañero del trabajo, me fui a coger el bus para ver el partido de mis chicas que jugaban en casa.
Cuando llegué a la parada aún faltaban 15 minutos para que llegase.
Bueno, haré tiempo en esa zapatería...
Volví y todavía quedaban 10 minutos.
Nada, voy a chafardear los bolsos de esa otra tienda...
Volví y seguían quedando 10 minutos.
Joder, ya sólo me queda dar un golisqueo en la ABACUS, puto autobús!
30 minutos esperando 1 bus?
o 30 minutos perdiendo 3 buses?
Eso depende de la cantidad de cervezas que te hayas tomado.
martes, 17 de enero de 2012
MI SEGUNDO PRIMER DÍA
6:45 de la mañana.
No me acordaba que hiciese tanto sueño a estas horas. También hace mucho frío.
7:15 El bus huye de mí, para variar.
8:00 Puerta del departamento. Gota-MANGA de sudor en la sien. Me quedo
mirando el manojo de llaves y me pregunto cuál de ellas era la que
abría.
No conozco a nadie. En estos dos meses ha entrado mucha gente nueva.
Me siento uno de ellos.
A diferencia de mi primer primer día, ya no me apetece conocer a nadie.
En cuanto a los conocidos, me cuesta decir a la primera algunos
nombres. Me preguntan por la rodilla. A todos les
adormezco con el mismo discurso.
Si la cosa se alarga, puedo llegar a repetir el típico comentario malo
hasta dos veces. Como las yayas.
-Como estás de la rodilla?
-Bien. Lo malo es que ahora tendré que pedirme la baja por depresión.
Mi caaaaasa, teleeefono. Uy, estoo ya te lo he dicho ya, no?
-Si hija- me contestan con una palmadita en la espalda.
Estoy tan aturdida que me he asustado con el pitido final del
lavavajillas. Lo he confundido con la magneto de rehabiliteixon.
Y así fue mi segundo primer día.
Espero que en mi segundo segundo día ya nadie se acuerde de mi rodilla.
Me aburre escucharme.
Mucho.
No me acordaba que hiciese tanto sueño a estas horas. También hace mucho frío.
7:15 El bus huye de mí, para variar.
8:00 Puerta del departamento. Gota-MANGA de sudor en la sien. Me quedo
mirando el manojo de llaves y me pregunto cuál de ellas era la que
abría.
No conozco a nadie. En estos dos meses ha entrado mucha gente nueva.
Me siento uno de ellos.
A diferencia de mi primer primer día, ya no me apetece conocer a nadie.
En cuanto a los conocidos, me cuesta decir a la primera algunos
nombres. Me preguntan por la rodilla. A todos les
adormezco con el mismo discurso.
Si la cosa se alarga, puedo llegar a repetir el típico comentario malo
hasta dos veces. Como las yayas.
-Como estás de la rodilla?
-Bien. Lo malo es que ahora tendré que pedirme la baja por depresión.
Mi caaaaasa, teleeefono. Uy, estoo ya te lo he dicho ya, no?
-Si hija- me contestan con una palmadita en la espalda.
Estoy tan aturdida que me he asustado con el pitido final del
lavavajillas. Lo he confundido con la magneto de rehabiliteixon.
Y así fue mi segundo primer día.
Espero que en mi segundo segundo día ya nadie se acuerde de mi rodilla.
Me aburre escucharme.
Mucho.
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