miércoles, 3 de agosto de 2011

TRENEDADES 2




He decidido que cogeré un tren hacia ninguna parte una vez al mes porque realmente es verydivertido.
Sants-Estació, 9am.
Si trazáramos una línea por donde pasa la gente, en menos de una hora no quedaría rachola con algún espacio libre.
Miro el reloj, aún tengo tiempo para un café, además tengo un hambre terrible.
Un café con leche para llevar (porque tengo tiempo, pero mejor me lo tomo en el andén, la mar de incómoda, pero tranquila de saber que no tengo que bajar las escaleras corriendo) y un bocadillo deee...dee...a veer...ante la más tetuda, chorizo!
Entro y encuentro un buen asiento al lado de la ventana, para ver la pantalla a todo color y sin interrupciones.
Frente a mi, una pareja de unos 38-40 años. Ella le ha cogido la mano y se acaricia la pancha con la otra, lentos movimientos circulares, los mismos que hago yo cuando acabo de comer.
En los asientos de la derecha, una mujer haciendo ganchillo, creo notar como su asiento se mece hacia delante y hacia detrás, pero es pura ilusión.
Y comienza el show principal en el dial 90 punto 0.
El chico de atrás, pregunta a su acompañante de asiento si ese tren va al aeropuerto (en inglés).
El otro le responde apenado que no.
La chica de más atrás, añade que para más inri, la primera parada de ese tren era Sant Vicenç de Calders, a más de media hora de Barcelona.
El guiri, chico que se equivocó de tren, se reía y decía What can I do? Resignado. Tenía que pillar un avión hacia Croacia a las 12. No llegaba. Gástate 100 euros en un taxi (cosa que no garantiza que llegues a tiempo) o pilla un tren de vuelta, o vente de vacaciones a Salou, pensé.
Pobrecillo, no fui capaz de mirarle a la cara cuando bajó.
Después, chico y chica, que hablaban muy bien el inglés, hicieron un par de comentarios y prou. Lo que parecía que iba a ser un flechazo, una historia de amor, acabó en yo sigo con mi portátil y tu sigue con lo tuyo, mona.

Incluso yo me añadí a completar las emisoras de radio, con una llamada telefónica, dando paso a la publicidad.
“Ah, muy bien, pero acabamos muy tarde, casi se suspende. Que si lluvia, que si la luz se iba.....Sabes quien era la prota? La Clotet, sisi, mu maja. Qué? Bueno, unas patatillas, fuet y eso si, birras por un tubo. Como? No, no me acuerdo. Bueno, te cuento cuando llegue que hay poca cobertura y esto se va a cortar. Ale, un beso”.
Mi regreso lo pasé durmiendo. Casi me paso la parada, mi propio ronquido me despertó.
Un trayecto perdido, desintonizado a los 2 minutos de encenderla, por voluntad propia.

1 comentario:

Kim Attacks dijo...

La mayoría en estos trayectos solemos desconectar de la humanidad. Cuántas historias nos perdemos por haber perdido la capacidad de levantar la mirada...