He soñado que se me escapaba un peíllo (con silenciador activado) dentro de un
restaurante.
Olía tan mal, TAN mal, TAN MAL, que todo el mundo corría despavorido para salir a la
calle, incluida yo.
Esto me pasa por dormir con la cabeza tapada.
Este suceso me ha hecho reflexionar sobre los olores y los sueños.
Esta noche voy a dormir con una tostada en la almohada y si mañana he soñado con
pan....tachán! empezaré a elaborar perfumes para añadir un toquecito personalizado a mis sueños.
Un poco de esto por aquí...un poco de lo otro por allá...
Poniendo la dosis necesaria e incluso dos olores distintos simultaneos, con distintos tiempos de residencia y correctamente separados uno en cada lado de la almohada para evitar solapaciones y posibles errores.
Capturaré todos los olores que me rodean, traspasaré las fronteras hasta donde lleguen mis narices.
Y si es necesario, conseguiré olores por encargo.
Aunque esto sea una apuesta segura por el fracaso porque,
sería capaz de soñar con una realidad a partir de un olor que desconozco?
Yo creo que no, esto sería pedir demasiado.
miércoles, 14 de marzo de 2012
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3 comentarios:
El olor es el evocador más potente de la memoria. Quizás también lo sea de los sueños... ¿A que sin proponértelo haces un gran descubrimiento científico?
Sueños pituitariados. Paténtelo, mujer.
También podrías clasificar el olor de los diferentes tipos de pedos, como por ejemplo el pedo con sorpresa; ese que te tiras en tu casa, cuando estás con el pijama; pero cuando crees que es un pedo que te vas a tirar a gusto, te lo tiras y notas una sensación pegajosa, cálida y húmeda pero dura en las nalgas; te has diarreado!!! :-)
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