jueves, 20 de agosto de 2009

TETA SÍ, TETA NO (teta me gusta me la co-mo-yo)

Llevo toda mi vida salvaguardando la integridad física y visual de mis tetas pero se ha echado todo a perder por culpa del tetismo, exposición tetil playera.
Esta excesiva protección y este chapamiento a la antigua no tienen nada que ver con el hecho de haber estudiado en un colegio de monjas, ya que el resto de mis compañeras no tienen ningún pudor a la hora de mostrar sus encantos a ojos desYconocidos.
Yo he sido una niña que hasta los 16 años no empezó a salir con amigos y amigas a divertirse. Mi única pasión siempre había sido el deporte y no tenía tiempo ni ningún tipo de interés por los vicios que se desviaban de los sagrados caminos de Nuestro Señor, jajajaja, esto es broma, lo he puesto porque realmente parezco beata total mix.

Tengo un largo historial de anécdotas en la biografía de mis pechos que han marcado a más de uno y una.

16 años. Noche de feria del barrio. Mescapo con un chico a las escaleras del mercado. Limpieza bucal. Y en cuestión de 2 segundos noto su mano reptando sin cascabel (osea, sin que mentere), hasta llegar a mi perilla izquierda.
–Qué haces?
–Sólo es la teta.
Y e aquí la gran frase: -Ni la teta ni el teto!
Me levanté y me fui. No hace falta decir que si me pasa esto hace un año, la frase habría sido totalmente distinta. Evidentemente me reservo los posibles comentarios.

Otra táctica en contra del mostrarium es la que utilizaba con mi hermana en la playa:
-Tata, vamos a jugar a las palas?
Indirectamente la estaba obligando a ponerse el bikini ya que es bastante incómodo el “BOYS BOYS BOYS”. A la tercera vez que le pido a mi hermana jugar: -Por qué no juegas con el primo?-me dice ya asfixiada porque todavía no se había recuperado de la anterior partida.
-No, no, que él no sabe, contigo me lo paso mejor, eres muy buena (es muy importante resaltar alguna virtud a la hora de conseguir algo de alguien, disme que no).
Tampoco hace falta decir que mi hermana, después de confesarle las verdaderas intenciones de la actividad deportiva, no ha vuelto a jugar conmigo a las palas.

Mis inicios al tetismo datan del 2006 y se sitúan en la paradisíaca isla de Menorca (es mágica, me oiréis decir siempre que la nombre). Playa desierta y Mireia pegándome estirones de la parte de arriba del bikini.
-Pero estás tonta! No ves que no hay nadie!
Hubo un fiu! Y después un ligero frío recorrió mis montículos hasta el erizamiento final. Automáticamente, brazos cruzados.
-Anda, vamos al agua, a ver si se te quitan las tonterías.
-Uy, uy, que guay, me noto...rara.
Tomamos sol y al final del día no había quien me pusiera la parte de arriba del bikini, ni la de abajo!!!
Todavía recuerdo esa intensa sensación de libertad y naturalidad, envuelta de peces que me observaban curioseando mi presencia. REALMENTE BRUTAL.
Hasta aquí estoy aprobando por los pelos, pero el examen final, que es poner cara de “no, si a mí no me importa que me veas las tetas, yo soy moderna” cuando te encuentras a alguien conocido en la playa, me obliga a presentarme a las recuperaciones en septiembre. Ha sido recientemente y salir del agua andando de espaldas es un poco sospechoso, (a no ser que seas un friki seguidor de mikel jackson), como lo es también salir nadando hasta la calentura de los pipis de la orilla y con arena en el chochete hasta que te ves obligada a salir y mostrarte con paso seguro, o seguir reptando, si quieres evitar lo inevitable. Cerrar fuerte los ojos y decir: “no toy, nadie me ve”, también ayuda.

Y digo yo, si todo el mundo enseña las tetas y el teto en la playa, por qué coño nadie va por la calle medio en bolas con este puto calor que hace???!!!!!! Si nos ponemos de acuerdo, podemos ponernos el bikini, para no sentirnos desubicados.
He llegado a la conclusión que sólo la presencia del agua es digna de contemplar nuestra belleza....



....y SPIDERMAN, claro.

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