7:45 de la mañana.
Conversación telefónica.
-Tía, no sabes. Me llaman a la 1 y media de la mañana y me dicen: no mestabas bujjcando? Pues baja a la puerta de tu casa que aquí ehtoy.
-...
-Sí sí, mu fuerte tía. Y claro, pa que mi madre no se enterase la metí una escusa y la dije "ahora vengo".
-....
-Cómo?
-....
-No, que va. En el coche ehtaban Lalola, Lavane y Laeva. Pero no bajaron. Ella estaba a punto de pegarme un tortazo, sabes? Pero no pudo porque llegó mi madre, tía.
-...
-Que qué hice? Pues callamme la boca tía, callammme la boca porque mi madre empezó a pegarme. Pero a esa la bujjco yo, eso te lo juro, aunque le he jurao a mi madre que no la bujcaría, pero a esa la encuentro y la meto una paliza que la dejo tonta. Esto no se queda así, tía, porque.....
Por suerte se bajó del bus, esa chica mona, de pelo castaño y planchado, aparentemente inofensiva...
domingo, 27 de junio de 2010
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2 comentarios:
...y, ¿cómo vamos a poder seguir viviendo sin conocer el desenlace de la historia? ¡¡¡Dios, que desasosiego!!!
kk
Uuuu, creo que mejor no le pregunto si la vuelvo a ver...
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