Como bien dice el título el método consiste en fabricarse una sorpresa uno mismo. Y pensaréis: pero si yo me la preparo no será sorpresa?! Claro, he de advertir que este método solamente funciona con personas con “Síndrome del Reseteo” como yo.
Se basa en esconder dinero. A quién no le da alegría encontrarse ese eurillo que le falta para pedirse la última birra de la noche?
Escondo dinero en los cajones, en los bolsos, bolsillos de chaquetas, de pantalones, en las cajitas, joyeros...y en otros sitios más insospechados.
Entonces, un día cualquiera encuentro el dinero: OH! Y si no lo necesito, pues lo vuelvo a guardar. De esta manera pasa lo que pasa, que hasta hoy me sigo encontrando monedas de las antiguas pesetas. Y como no sé qué hacer con ellas pues también las devuelvo al mismo sitio. Y vueeelta Perico.
Quien sabe si algún día lo arrejunto todo a lo mejor puedo comprarme, no sé, muchos cerditos de barro?
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