El televisor encendido y desde la pantalla hasta 2 metros hacia delante, una espesa niebla ocupa medio comedor. Un comedor antiguo, con mesa y sillas tapizadas, bodegones y perros cazadores en la pared. Cada vez que atravieso o simplemente me acerco demasiado a esa nube blanca, siento una temperatura polar, pero sigo caminando descalza y en pijama hacia la mesa para cenar algo. Todo eso sin dejar de mirar la tele.
Me siento cansada y con sueño. Cojo una colcha floreada y descolorida y me dispongo a dormir frente a la tele y sobre un taburete donde milagrosamente me mantengo en posición horizontal, como si de una función de magia se tratara.
A un lado del televisor el suelo deja de ser por unos metros rachola y se convierte en un barrizal donde presencio en directo como unos pies invisibles dejan un par de huellas y siguen caminando pero esta vez con forma. Unos pies de barro se alejan de mi comedor y vuelve a bajar la temperatura. Quien sabe hacia donde se dirige.
Sólo espero que no vuelva, nunca, nunca, nunca....
viernes, 15 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Pues conociendo lo rico que es tu mundo onírico, no dejaría de ser curioso ver por aquí algún día influencias de "Buried"... Si decides hacer el experimento, avisa ;-)
Publicar un comentario