viernes, 28 de octubre de 2011

Crashhhh

Por enésima vez he vuelto a masticar mis propias muelas. Una sensación que no deseo a nadie.
Esta vez, estaba en la playa, un precioso día soleado con mi hermana y llevaba los aparatos que usaba de pequeña puestos.
Me puse a comer algo y crash, crash, crash...
Lancé los aparatos al aire, me levanté y escupí los trozos de muelas sobre la palma de mi mano. Con la lengua pude hacer una exploración aproximada y eran almenos dos huecos en cada lado.
Salí corriendo hacia nosédónde y a medio camino me acordé de mis aparatos. Así que volví a la playa a recuperarlos.
Una chica gafapasta con los labios pintados de rojo se percató de que andaba buscando algo.
Se me acercó con una risita desagradable y me dijo.
-Ya sé qué estás buscando, mi amiga lo ha guardado, ven que te lo doy.
-Por qué te ries de esa manera?
-Mujer, que no te de vergüenza, todos hemos venido de noche a la playa alguna vez, ya sabes...
-Pero que dices! Si yo acabo de venir, esta mañana, con mi hermana y no sé con quién más! No es lo que estás pensando!
-Sí, ya...

2 comentarios:

dimitri shostakovich dijo...

hace muuuucho tiempo hacia visitas a cierta persona y en su casa siempre perdia cierta cosa. Imagino que igual hacia colección porque nunca me dijo que los habia encontrado...

Niña Extrarradio dijo...

El delantal era el escondite perfecto para perderse...para la mía.