domingo, 16 de octubre de 2011

EL VERANO DE PULGARCITOS

8:30 de la mañana.
Lleva ya un rato despierto, haciéndose cosquillas en la barriga.
Hasta que no dice suavemente mmmmama? Nadie se mueve.
Entonces mi hermana se tumba a su lado y él la abraza susurrando cariñosamente mmmama mmmama mmmama.
Luego van a despertar a la tata, osea, yo.
Yo hago que ronco exageradamente, él dice TATA? Y yo le pego un susto, no falla. Se ríe a carcajadas y podríamos estar así toda la mañana.
Ahora llega uno de los momentos difíciles: el desayuno. Ni desayuna él ni deja desayunar a nadie. Empieza el sprin porque el niño ha cogido la bolsa de la playa, con el cubo, rastrillos, moldes y está en la puerta esperando a que salgamos.
Quítale el pañal, ponle la crema (no se deja ni para una cosa ni para la otra)
Ponle el bañador y las chanclas.
Prepara su mochila: agua, galletas, fruta, pañales, crema, gorra, toalla...
Cuando salíamos a la calle, mi hermana y yo sólo nos mirábamos por si al menos nos habíamos quitado el pijama, el resto ya no importaba.
Feliz en el asiento del coche, su cara no tiene precio.
Bajamos. Mi hermana con el niño y la mochila-nevera. Yo con la bolsa de la playa, la sombrilla, la bolsa de los cacharros del niño, el flotador por si acaso y el inflador.
Ya colocadas le quitamos todo y le sacamos los trastos.
Aaaaa tato, tato. (es el molde de un barco)
Lo llena de arena, lo aplasta con su manita y cogiéndolo por ambos lados con indice y pulgar en pinza, lo gira cuidadosamente como si fuera un explosivo.
Lo levanta y, sorpresa! Tato ooohh tato tata tato mama tato!!!
Entonces las opciones son varias:
1-apunta con los pulgares y lo destruye
2-los pisotea y vuelve a rellenar el molde con esa misma arena, destrozando el barco, pero reutilizando la arena infinitas veces.
3-vuelve a poner el molde sobre el barco ya hecho rehaciendo así el mismo barco pero más corto porque no atina.
El caso es destruir, destruir...y crear y crear y destruir y crear...
"La efímera vida de los castillos" podría ser el título de su obra.

El tema agua no lo lleva muy bien. Le hemos inflado el flotador pero no le ha hecho ni caso.
Vamos al agua? No.
Vamos al agua? No.
Vamos al agua? No.

Y si necesitaba agua para hacer charcos o tirársela a los pies, cogía la mano de su madre y le plantaba el cubo: mama abua mama. Señalándole con el dedo la dirección a la que le destina. Mientras a mi me da el molde del barco y tata tato tata.
No hay distinción entre tata tata y tata, que significan: tata pelota yatá.

Nos tiene esclavizadas el pequeño dictador...

Le damos la fruta. Se lava las manos en el cubo, coge un trozo y lo engulle mientras da exactamente 3 vueltas a la sombrilla. Y vuelve a por más.
Las mujeres de al lado están encandiladas con nuestro rubiales.
No me extraña...

Y apuntando a los aviones nos pasábamos el día, mirando al cielo....y yo protegiéndote del sol....
No te preocupes por nada...yo seré tu sombra...

2 comentarios:

Microalgo dijo...

A quien Dios no le da hijos, el Demonio le da sobrinos.

Dicen.

Niña Extrarradio dijo...

lo mismico me dice mi jefe.