domingo, 20 de febrero de 2011

A RAS DEL SUELO

Racholas, grandes y pequeñas, asfalto, tierra, limpios, sucios, con grietas, agujeros, escupidos, arañados, recolillados, encharcados...
Mis pies avanzan y los sigo con la mirada ausente que se niega a dejar de mirar el suelo.
No siempre consigo esquivar a la gente que viene de frente y los escucho alejarse maldiciéndome después de haberme golpeado. Pero ese golpe no es dolor para mí.
Perdonadme si nos cruzamos y no os saludo. Seguramente no os habré visto y no he sabido reconocer vuestros pies.
No me importa perderme lo que hay más allá de mis bambas, en las alturas. No me importa.
Sólo así me aseguraré de no tropezar.

No hay comentarios: