sábado, 14 de febrero de 2009

SIÉNTaTE, SIÉNTeTE

Sentada. A punto de embarcar hacia mi escala en Madrid. El duro respaldo palpita incesante. No sé distinguir cuán parte de culpa son los aviones.....el resto es mi corazón.

Sentada. A punto de volver a embarcar. Destino: Almería. Dispongo de 1h 30 min. Tengo hambre. Cojo mi bocadillo y por primera vez rompo desesperadamente el aluminio que lo envuelve. Nunca un bocadillo de salchichón con tranchete me había resultado tan rico...hasta que me atraganté. Dos guardias civiles y 2 miembros de seguridad registraban, a 2 metros frente a mí, a una familia rumana. Se los llevaron y a los 2 segundos volvieron a pasar. No serán peligrosos –pensé, acojonada- si no ya habrían salido corriendo y habría presenciado una de esas persecuciones que salen a diario en la TV. Llegaron a pasar todos juntitos hasta 4 veces. Claro, es tan grande el aeropuerto de Madrid que ni ellos saben a dónde tienen que ir.
Me como un triángulo de toblerone y sigo disfrutando de la pasarela.
Saco mi libreta. Escribo para no pensar y pienso para escribir....va a ser difícil.
Se acerca la hora de embarque. Miro la pantalla y pone MALLORCA. Cierro bien fuerte los ojos 2 segundos y los vuelvo abrir, como si así pudiera cambiar las letras. Después de estar 1h 30 min plácidamente sentada, tengo que salir corriendo!! Por suerte hay media hora de retraso y la puerta de embarque estaba cerca. Necesito un café.
Me levanto y pido un cortado en la cafetería para llevar. Aunque me lo tomo en la barra. Dejo las cosas y me siento en un taburete supuestamente ergonómico. Me siento incómodamente ergonómica. A mi derecha pasean varonilmente dos Guardias civiles y me imagino por un momento “Loca academia de policía” versión picoleto. Risitas. Me pillan. Junto labios. Para disimular desvío la vista hacia mi izquierda. Un hombre sospechoso, raro, haciendo cosas sospechosas, raras, se sienta en la mesa de otro chico, desconocido, y la empieza a liar. Yo de un salto pillo a los 2 guardias y le delato. Un poco nerviosa, y andando con mi cortado aún caliente en la mano, decido marchar y seguir esperando la señal de embarque. Me siento de nuevo y me acabo tranquilamente el ajetreado café.

Sentada. Sentada pero volando. El sol que entra por mi ventana calienta mi oreja y no me resisto a cerrar los ojos. Duermo. Tengo que olvidar que estoy volando y que no hay bolsa de papel en mi asiento. Sueño. Me despierto y miro la tele. Tengo que olvidar que mis pies descansan sobre un suelo ficticio- es real, es real y yo estoy en el cine. Me aburre y prefiero ver la otra tele, la ventanilla. Miro el horizonte, donde acaba la oscuridad de la Tierra, comienza una intensa línea roja-anaranjada. Persigo ese maravilloso gradiente....amarillo...verde....azul claro...azul oscuro.... hasta encontrarme con dos estrellas junto a una "uña" luna. Una vista impresionante.
Después observo las luces de la tierra y su divertida colocación: distingo las formas de un cocodrilo, un pajarito y medio brazo de una dama apunto de ser besada en la mano....
Tocamos tierra y después de pisar el freno del pedal-extra de autoescuela, por fin se para. Me dan ganas de aplaudir. Vuelvo a mirar por la ventanilla y me imagino un avión aterrizando y que inevitablemente se va a estrellar contra nosotros. Lo único que se me ocurre es decir un “a la mierda!!!” ya que muero que sea con gracia.
Recojo mi mochila y salgo por el túnel. Huele a Hospital. Sabía que una visión podía adelantarse a un acontecimiento pero no una olor.....

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