(I)
Esa mañana llamé a Chunari y le he dije emocionada:
-Ha sido una Tesis preciosa.
-No te entiendo. Todavía no he llegado, mi Tesis es a las 11h.
-He soñado con tu Tesis...
-Y qué pasaba?
-Digamos que tenías invitados espe(pa)ciales...
-Cuenta, cuenta!!!
-Todo empezaba con una pregunta y con una respuesta. La pregunta la hacía un miembro del Tribunal. Ese miembro, era uno de los personajes de "Donde viven los Monstruos". Todo grandote, peludo, con la nariz bien regordeta, pero eso sí, con traje de chaqueta y pantalón marrón. La pregunta era: sabéis lo que de verdad importa en la vida? Alguien se levantó y dijo: los sueños! Ese alguien era Fellini, el gato de Enriqueta, pero con cuerpo humano. Entonces fue cuando me di cuenta de la cantidad de personajes fantásticos y de cómic que habían asistido a tu presentación. Sólo tú podías conseguir eso. Así que quiero que salgas ahí y que sepas que todos estarán contigo, aunque tú no los veas....
(II)
Estábamos mi hermana, mi cuñado, el niño y yo. Íbamos por un camino de tierra, entre campos. Llevábamos unos minicoches con un agujero como los Picapiedra. Eran como de juguete, de plástico y relucientes. El mío era rojo y cada uno tenía el suyo. Yo llevaba al niño durmiendo subido a mi espalda. A lo lejos se veían unas vacas como las de la Vall d'Aran. Tranquilas, pastando. No pasaba nada hasta que yo, que era la última, me acercaba. Entonces se levantaban y venían hacia mí. A la primera no pasó nada pero el tercero ya era un toro y casi no logro fintarlo con mi patética velocidad de piernas.
Decidimos darnos la vuelta. Deshicimos el camino y nos paramos en la casa de nuestro primo. Allí descansamos y no sé por qué le preguntamos que dónde se quedaba la gente que quería ir a Jaca. Ël nos dijo que por allí, por esos alrededores.
Entonces me reenvió un correo con información que también le habíamos pedido. Ese correo era un correo reenviado y contenía cuatro frases que la otra persona le había mandado, y que no era de nuestra incumbencia.
Ponía un guión al principio de cada asunto, porque eran asuntos personales sobre gente conocida de ellos.
Como tal persona se ha casado con tal, o fulanito ya ha salido del hospital.
(III)
Bajo a la calle, a tirar el escurridor de platos. Allí me encuentro, apilada, un montón de basura, pero basura nueva. Predominaban unas cestas de plástico, de diferentes tamaños y de diferentes colores.
De repente caen unas piedras dentro del container. Unos niños des de el balcón estaban jugando a encestar. Yo les miré y les gruñí agitando el brazo. Cuando iba a entrar a la portería salía la madre de los niños. Le repetía la bronca pero más suave. Me invitó a su casa y entonces me día cuenta que ella era la que había tirado todas aquellas cosas. Y aún tenía muchas más cosas que tirar. Casi me llevo una pizarra chulísima. Al bajar las escaleras, otra vecina se apuntó a la conversación y propuso una regulación para apropiarse de dicha basura.
Finalmente cogí un par de cestas, roja y verde de diferente tamaño. Y recuperé mi escurridor, al fin y al cabo no estaba tan mal.
domingo, 12 de diciembre de 2010
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