sábado, 4 de diciembre de 2010

SOBREDOSIS

Lo tengo todo planeado.
Ya sé cómo, cuándo y dónde.
Primero iré a comprar lo que necesito.
De camino a casa iré ingiriendo las dosis justas para conseguir llegar sin desfallecer.
Una vez dentro, cerraré la puerta sin llave. Me sentaré en el sofá y me acabaré de tomar las dosis hasta quedar exhausta, inconsciente, con la saliva cayendo por mi cuello, con los restos de la última dosis en el jersey....y en la mano....
la bolsa del pan vacía.

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