Son las 12h, es LA HORA. Mi abuela ya ha dejado la muleta apoyada en la mesa del comedor: es la señal.
Entramos al ascensor y comienzan las preguntas:- bebiste agua? hiciste pipi? cogiste los caramelos pa la tos? el papel pal moco? los dos leuros pa lo tuyo?. Y abriendo la puerta de la portería: llevas las piedras en los bolsillos? Mira el viento que hace güeli!!! Tu tranqui que vas con Mary Poppins!!!!.....y asi empiezan nuestras mañanas de paseo…
Salimos a la calle, cruzamos dos semáforos y la Rambla es nuestra!!! La tabla de entrenamiento es la siguiente: 20 minutos de ramblaparriba-ramblapabajo, 10 minutos descanso en tercer banco del segundo paso de peatones donde NO hay cagadas de paloma, cotorra, gaviota, urraca u otro lindo pajarito de nuestro querido espacio aéreo, y vuelta a empezar ramblaparriba-ramblapabajo.
El circuito es bastante limitado: desde la rotonda hasta el trozo que ya no es baldosa sino tierra. Los pies de mi abuela solo aceptan terreno liso para deslizarse con la misma delicadeza que un fantasma de sábana blanca con bola de hierro incluida ya que nuestra velocidad es de 1 a la menos 10 metros por segundo menos cuando yo he salido la noche anterior que no sé porque mi abuela se acelera y espléndidamente orgullosa va tirando de mí.
Los finales de recta siguen también su ritual: cuando llegamos a la parte de tierra, antes de llegar al último árbol central, me pega un tironcillo del brazo y yo empiezo a girar sobre mí misma como si estuviéramos bailando el chotis y otras avanzamos más y le digo: abuela, como los toreros, vuelta al ruedo y saludando a la plaza, eh! O si no yo digo: -ya estamos llegando...” Y ella me contesta: -“…a partes ocultas. No se lo digas a naide, niña, si te preguntan”. Y nos echamos a reir.
Adoro a mi abuela! A parte de por hablar inglés cuando se atasca, de ser una experta en boulder por las noches de camino al lavabo con las luces apagadas, porque es capaz de quitarse las camisetas como los futbolistas al acabar un partido!! Mira que yo lo intento pero no hay manera…
La verdad que meencanta salir con ella. No paramos de reir, yo con los mismos chistes y ella con las mismas historias….pero lo pasamos genial. Aunque muchas veces también discutimos: esque cuando se va a sentar va girando y dejando caer el culo al mismo tiempo: abueeelaaaa, exa er culo p’alláaaa. O si no jugándonos la vida en los pasos de peatones, que me quiere hacer creer que fue ella la que colocó los semáforos del barrio y se sabe qué coches arrancan y cuales están parados…abuelaaaa que te espeeeeeres!!!
Una vez sentadas, la abrazo y le digo: te puedes creer que este es el único momento de la semana que estoy realmente tranquila?
En cuanto al otro extremo de la rambla….vamos avanzando y acercándonos a la rotonda, que cuando llegamos al final, se paraliza el tiempo, parece que hubiera todo un horizonte frente a nosotras, es como si allí se acabara el mundo, todo, y no hubiera nada más allá…paramos en seco y nos quedamos mirando los tristes hierbajos y flores rojas secas de la rotonda…y siempre decimos algo como:-uuuy parece que han crecido un poquito no? O –esas blancas antes no estaban? O simplemente con la mirada perdida nos quedamos en silencio…Sin duda, es el mejor momento del día….
Gracias,
Mary Gallegos.
Entramos al ascensor y comienzan las preguntas:- bebiste agua? hiciste pipi? cogiste los caramelos pa la tos? el papel pal moco? los dos leuros pa lo tuyo?. Y abriendo la puerta de la portería: llevas las piedras en los bolsillos? Mira el viento que hace güeli!!! Tu tranqui que vas con Mary Poppins!!!!.....y asi empiezan nuestras mañanas de paseo…
Salimos a la calle, cruzamos dos semáforos y la Rambla es nuestra!!! La tabla de entrenamiento es la siguiente: 20 minutos de ramblaparriba-ramblapabajo, 10 minutos descanso en tercer banco del segundo paso de peatones donde NO hay cagadas de paloma, cotorra, gaviota, urraca u otro lindo pajarito de nuestro querido espacio aéreo, y vuelta a empezar ramblaparriba-ramblapabajo.
El circuito es bastante limitado: desde la rotonda hasta el trozo que ya no es baldosa sino tierra. Los pies de mi abuela solo aceptan terreno liso para deslizarse con la misma delicadeza que un fantasma de sábana blanca con bola de hierro incluida ya que nuestra velocidad es de 1 a la menos 10 metros por segundo menos cuando yo he salido la noche anterior que no sé porque mi abuela se acelera y espléndidamente orgullosa va tirando de mí.
Los finales de recta siguen también su ritual: cuando llegamos a la parte de tierra, antes de llegar al último árbol central, me pega un tironcillo del brazo y yo empiezo a girar sobre mí misma como si estuviéramos bailando el chotis y otras avanzamos más y le digo: abuela, como los toreros, vuelta al ruedo y saludando a la plaza, eh! O si no yo digo: -ya estamos llegando...” Y ella me contesta: -“…a partes ocultas. No se lo digas a naide, niña, si te preguntan”. Y nos echamos a reir.
Adoro a mi abuela! A parte de por hablar inglés cuando se atasca, de ser una experta en boulder por las noches de camino al lavabo con las luces apagadas, porque es capaz de quitarse las camisetas como los futbolistas al acabar un partido!! Mira que yo lo intento pero no hay manera…
La verdad que meencanta salir con ella. No paramos de reir, yo con los mismos chistes y ella con las mismas historias….pero lo pasamos genial. Aunque muchas veces también discutimos: esque cuando se va a sentar va girando y dejando caer el culo al mismo tiempo: abueeelaaaa, exa er culo p’alláaaa. O si no jugándonos la vida en los pasos de peatones, que me quiere hacer creer que fue ella la que colocó los semáforos del barrio y se sabe qué coches arrancan y cuales están parados…abuelaaaa que te espeeeeeres!!!
Una vez sentadas, la abrazo y le digo: te puedes creer que este es el único momento de la semana que estoy realmente tranquila?
En cuanto al otro extremo de la rambla….vamos avanzando y acercándonos a la rotonda, que cuando llegamos al final, se paraliza el tiempo, parece que hubiera todo un horizonte frente a nosotras, es como si allí se acabara el mundo, todo, y no hubiera nada más allá…paramos en seco y nos quedamos mirando los tristes hierbajos y flores rojas secas de la rotonda…y siempre decimos algo como:-uuuy parece que han crecido un poquito no? O –esas blancas antes no estaban? O simplemente con la mirada perdida nos quedamos en silencio…Sin duda, es el mejor momento del día….
Gracias,
Mary Gallegos.
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